- Accidentes de tráfico
- Acupuntura
- Alergias y Neumología Pediátricas
- Aparato Digestivo
- Cardiología
- Dermatología
- Dietética y Nutrición
- Ecografías
- Geriatría
- Ginecología
- Laboratorio de Análisis Clínicos
- Logopedia y Neurologopedia
- Medicina Familiar
- Medicina Interna (Reumatología)
- Neumología
- Oftalmología
- Otorrinolaringología
- Pediatría
- Podología
- Psicología y neuropsicología
- Psiquiatría
- Rehabilitación y Fisioterapia
- Traumatología
- Unidad de Medicina Legal
¿Cuándo hemos de consultar con el psicólogo?
Los padres y los profesores pueden percibir distintas señales en sus hijos y alumnos que les hagan pensar en la existencia de algún problema o dificultad. A veces, incluso los mismos niños o adolescentes pueden quejarse de sentimientos, pensamientos o situaciones que les generan malestar y preocupación. Siempre debemos prestar atención a estas señales, ya que ignorarlas puede agravar el problema.
Algunos de estos signos de alerta, detectados en los niños y adolescentes, son:
- Cambios importantes en el estado de ánimo: parece triste con frecuencia, carece de energía, está irritable o agresivo/a, parece nervioso/a, tiene miedos o preocupaciones constantes…
- Cambios en su actitud: a la hora de relacionarse, cuando juega solo o acompañado, en relación a las normas, si ha empezado a evitar personas o situaciones…
- Aparición de quejas somáticas: le duele con frecuencia la barriga, la cabeza, el pecho, tiene náuseas… y el pediatra ha descartado que haya alguna causa física que los provoque.
- Una disminución de su rendimiento escolar o deportivo.
- Alteración de los patrones de alimentación: come más o menos de lo habitual, o de forma diferente.
- Alteración de los patrones de sueño: duerme más o menos de lo habitual, han cambiado sus rutinas a la hora de irse a dormir, aparición de pesadillas, se orina en la cama…
- Problemas persistentes en algún ámbito de su vida: está costando más de lo normal que deje el chupete o el pañal, le está costando mucho aprender a leer o escribir, le cuesta prestar atención en clase, no consigue relacionarse con sus compañeros…
- Cambios importantes en el entorno que puedan estar afectándole: separación parental, nacimientos de un hermano, defunciones, traslados…
Si estas señales o dificultades perduran en el tiempo, se debe consultar a un psicólogo infanto-juvenil, que valorará los síntomas y/o conductas en función de su frecuencia, su duración y la intensidad con la que tienen lugar, para poder orientar a la familia hacia la intervención más adecuada para tratar de solucionar el problema.